martes, 5 de octubre de 2010

El Tai shi y "mis huesos"

Primera entrada:
Cuando me preparaba para la cirugía de columna asistí al gimnasio ubicado en un tercer piso frente a  la horilla del rio Quilichao a practicar el Tai Shi, a primera hora de la mañana;  a las cinco realizamos una terapia  con mi profe Melquiades y otras personas las orientaciones sobre el enfoque mental para lograr armonizar la energía corporal con la energía del cosmos.
El rio Quilichao es como una arteria de la población de Santander de Quilichao, en el Cauca y a las primeras horas de la mañana además de su briza fría se oyen el cantar de los  pajaritos, debido a que a esa hora no hay tráfico de vehículos pues se escucha desde el gimnasio del instructor de artes marciales el ruido del rio al bajar de la fría montaña.
 Segunda entrada:

En esta oportunidad conocí,  debido a mi necesidad de prepararme para la cirugía de columna, que me ponía bastante aterrada, de palabras de mis instructores sobre  la importancia de la flexibilidad mental para atender y superar las cargas  de la vida. Parece que nuestro esqueleto recibe todo el peso anímico de las rigideces mentales que son mayores en algunos más que en otros. Estas rigideces de la mente nos agobian como cuando a un árbol se le multiplican demás los frutos, pues este árbol si no es de ramas flexibles pues posiblemente puede quebrarse.  Así mismo puede reaccionar nuestro esqueleto debido a las inflexibilidades de nuestra mente

Tercera entrada:

Las terapias orientales relacionadas con la respiración ventral, la meditación y las órdenes mediante ejercicios delicados, pausados, armónicos, del Tai Shi nos permiten interiorizar el concepto de que en la naturaleza nada es bueno ni nada es malo, sino simplemente es.
Un ejercicio que llama la atención es imaginarse  que se tiene entre  las manos  un balón de balonmano, alargadito y con los ojos cerrados tratamos de cambiarlo de posición de manera muy lenta y acompasados con la respiración profunda ( ventral ).
Cuarta entrada:

Cuando recibí la anestesia para la cirugía de columna, me acorde de respirar de manera profunda, mis recuerdos de las madrugadas a la horilla del rio, el frio de la brisa, los pajaritos y el silencio me aportaron tranquilidad para aceptar morirme de a poquitos para que los cirujanos me repararan mi columna. Creo que los tres días programados para permanecer en cuidados intensivos se acortaron y solamente fue un solo dia, le atribuyo a que mi preparación mental mediante el Reyki y el Tai Shi me sirvieron como punto de referencia para manejar mis miedos y sobre todo la presión de otras personas que con su llanto y su inseguridad me hacían sentir mas riesgo del que realmente podría haber.
Considero que en este caso se combinaron dos potencialidades de las visiones: la occidental pues los médicos cirujanos y su equipo de anestesia, etc son producto del estudio de la medicina occidental, pero las técnicas de control mental son aporte del sistema oriental.

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