Dicen que el desapego se ejercita con la perdida de las mascotas, Pakita era especial. Tiernamente me acompañaba en mi soledad, me daba su calorcito y también jugaba con migo. Una noche salimos a la tienda de la esquina y aunque era muy educadita y atendía las ordenes, esa noche tenia que pasar un taxi de esos conducidos por una persona acelerada,llore mucho, mi papa creyó que a mi me había ocurrido algo mas grave, pues hasta la casa se oyó mi llanto.
Pakita fue sepultada con pesar en el jardín frente a mi casa y siempre la recordaremos por su nobleza, su cariño y sobre todo la compañía que me ofrecía. Lastima de mi perrita, algún dia entenderé lo que opinan de las mascotas como ejercicio para el desapego. Algún día.
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